Febreiro

Chego tarde a febreiro...

 

... Me llamabas Martuki y me olvidé.

Un chico con un brote, que se sale de sí mismo.

Un chico con ganas, con corazón, con garra... que se queda en la calle. Sin dinero, sin familia, sin nada.

'T'es beaucoup maman'.

Me gusta la idea de un mundo por conocer bajo el agua.


Siento que no tengo tiempo para lo importante, para dejar registrado lo que pasa por mi ser durante estas semanas. No tengo palabras. Un trabajo de locos, para lo bueno y para lo malo. Volver a casa llorando de tristeza un día y llorando de felicidad al día siguiente.

Otra vez volver a sentir la injusticia del mundo LA INJUSTICIAAAAA con mayúsculas. Y la importante de hacernos conscientes del privilegio y de la injusticia. De que no todo está en nuestras manos, pero en las de los de arriba.

'C'est la vie... '

'Non, ce n'est pas la vie.... C'est la politique, Abdoulaye. Et ce n'est pas de tout juste.'


Un chute de adrenalina de una dinámica nueva que funciona en clase, de un chico que viene a preguntar por los deberes y de otro que hace tres veces la cantidad de deberes que eran supuestos. Otro chico que ha dado un paso de elefante en una semana, de no saber leer ni escribir, a estar en el grupo más avanzado.

Y un querer cortarme las venas con la cruda realidad. Brotes psicóticos, tener que poner a un chico extremadamente trabajador y educado en la calle simplemente porque es de Senegal. Una borrachera, un motín y muchos dolores de cabeza.

Ir a las habitaciones, hablar durante la comida, acompañarlos al campo de fútbol y relacionarnos de tú a tú, fuera del aula... es algo simplemente mágico. 

'Ojalá tengas dinero.' 

'Inshallah'.


Una despedida con una mirada iluminada que me deja con una sensación agridulce.

A correr, a llorar, a soltar.

Inshallah, Bamba, inshallah.


Una semana sola en casa y un fin de semana que por fin llega con calma. Despacito y buena letra. Reflexionando y tomando decisiones, por fin.

'Marta, yo quiero hablo contigo. Tú maravilloso, Marta, te lo juro, tu maravilloso.'

'No te preocupes, todo bien.'


... Me llamabas Tita Martita, y me olvidé.