Oh, capitán

La brisa roza la mañana. La profundidad de su alma se ve en el horizonte, eterno, frío, 
distante. Nefelibáticamente siente la Tierra, su rotación es casi tangible.
Y herido, y vivo, y pequeñito comienza su trayecto hacia lo infinito. Camina sin descanso, 
con el corazón abierto y el llanto asomando porque los marineros de su alma pedían a gritos salir 
fuera.
Suave y volátil el capitán se aleja. Más suave, más suave. La bruma lo arropa y asciende 
abrazado por los ángeles. Un susurro, una caricia, una palabra.
Y por fin los marineros salen y corretean por el lugar. Dan brincos y vuelan, pequeñitos, 
muy pequeñitos, dejando un vacío tan inmenso con el trayecto del capitán.
Sostenido, el capitán permanece etéreo y cuando los pequeñitos se adentran en su cuerpo 
cae. Cae pesado y obligado en su trayecto eterno. El azufre crea una atmósfera fría a su alrededor y 
no deja de caer, caer, caer. Hasta quedar sepultado por la historia, por los años de trabajo, por el 
peso de la culpa y por el manto que irremediablemente ha comprado.
A pesar de eso sigue vivo, porque algo ha flotado, la psicodelia de su espíritu lo ha llenado. 
Por eso merece la pena todo. Psicodelia, amor, extrahumano. En un rinconcito llace el hombre, que 
fue nube, polvo y lo más pesado. Hay personas que cargan con todo el peso del mundo y el capitán 
es inmenso y diminuto.
Sí, aún sigue ahí, bajo el manto. Si pasas por encima lo sientes, si pasas por abajo lo eres. Al 
final siempre puedes ser Dios y siempre puedes ser el corderito.
Al final siempre serás Dios y siempre serás el corderito.
Al final siempre llevarás contigo al capitano.
Al final siempre llevarás contigo
Al final siempre llevarás
Al final siempre
Al final

Non? Estou soa.

Pecho os ollos e noto a tensión. A tensión das miñas pálpebras que non se poden relaxar. 
Mentira. Creo. Penso.
Estou en paz. Branda. Verdadeiro.... falso. Aire de setembro. Aire de amor e aire de pena. De
soidade, moita soidade. E entra O piano, a danza da miña mente. Fermoso suspenso da música.
Agora. As cordas incansables. Repetición e pasos, luz allea.
Amor. Eu. Ego.
Vento. Volátil. A delicadeza está presente, está dentro. O ollo que todo o ve... é estraño.
O espello da alma está en Mario. Tensión.
Entro en contacto co minuicioso, coas miñas cutículas, cos meus poros, co meu interno. 
Suave deslízase. Non estou soa. Alegre incomprensión. Transformación... e conexión. Non estou 
soa. VIOLÍNS adéntranse no meu peito, que se enche. Alegre comprensión. Non estou soa.
Ritardando.

Contradicción. Ciclotimia. Vida.

Presentación personal a partir del texto de Justicia, de Juan Mayorga:

La maniobra se repite un millón de veces. La maniobra se repite un millón de veces. La 
maniobra se repite un millón de veces. La maniobra se repite un millón de veces. La maniobra se repite un millón de veces. Y sin pensarlo decido cambiar. ¡Vaya con la contradicción! “Sin pensarlo,decido”.
Y secando la loza se me da por cambiar el orden establecido, dejando a un lado la acción 
mecánica, impulsivamente.
Pienso luego muero. Descart-o la idea (es un chiste).
Corderito es inherente a Dios, Dios es inherente a corderito. Todos somos corderito. Todos 
somos Dios. En todas las partes del mundo se cuenta la historia porque la gente es igual. Aquí y en todas partes se divide en dos.
Por otra parte, aquí y en todas partes la gente se come a la gente y la gente se come a sí 
misma.
Y de nuevo vuelvo con lo de que todo se divide en dos. TODO. Apolíneo y dionisíaco. 
Izquierda y derecha. Carne y pescado. E inevitablemente todo es injusto.
El mundo es injusto. La vida es injusta.
Queda muy bien lamentarse siempre.
Ir de triste por la vida.
Pero hay que quejarse, ¿no?
Supongo, pero es inevitable.
Hay que aceptar...
¡Y rebelarse!