Birds de Colplay y a volar.
Un nene con un gorro de verano.
Una carrera de orientación, un puente colgante y una playa fluvial.
Una alegría exacerbada, un día místico entre la niebla y la arena y un bizcocho de naranja.
Gente a la que le gusta vivir y gente a la que no tanto.
¿De qué necesito hablar?
Un estallido en el cerebro y un orgasmo en movimiento.
Me gustan las personas que no intentan ser lo que no son, pero...
¿Qué somos?
Somos aire, agua, somos tierra... somos fe y somos color esperanza.
Negro.
Somos la pausa de la mirada de un payaso.
Y todos esos grises intermedios de los que se habla.
Y soy una libreta de poemas escondida en la entrepierna, a la hora de la siesta.
Soy todos esos libros que me quedan por leer y esos movimientos encontrados.
Una piedra que se rompe entre los dedos.
El susurro del mar por la mañana.
Y el mirar atento de una niña en agosto.
Una inspiración ficticia e inconsciente.
La inocencia,
envuelta en plástico.