Bim-bam

Y por fin estoy aquí. Ya está. Se acabó. Un pétalo de rosa cayendo, un zapato sobre mi 
diminuta cabeza, el vaivén constante sobre el agua. Podría ser de cualquier forma, como de 
cualquier forma mi madre me trajo al mundo. Bajo el mostrador de un puesto de pescado en el siglo
XVI o en un autobús urbano fuera de servicio en el siglo XXI.
¿Qué importa? ¿Qué importa el inicio y qué importa el final? Lo importante es el hilo, 
amigo, ten en cuenta que siempre lo puedes cortar, porque ¿quién es dueña de mí si no yo misma?
Legal-ilegal.
Bim-bam.
(Risa)
¿A quién le importa en estos casos?
Todo lo grande del mundo se convierte en polvo ahora. Todos los problemas, todos los 
cansancios, las discusiones... Ya no importan. CARPE DIEM. Y el pitido deja de sonar para entrar 
en un estado de paz constante, eterna, ininterrumpida.
¿A qué más puede aspirar el hombre? Y la mujer. Claro que tú no tienes sentimientos. No. 
Eres como una roca, como un chicle en el asfalto de hace años. Yo te quiero...
Y eso es lo único que importa. Somos libres. Y efímeros.