Mi cabeza tras una sesión con Javier Martín

Me gusta la danza porque es presente, realidad, cultura, conocimiento... ciencia.

Me gusta por las horas que acabo de pasar con Javier Martín: la cinemática.
La sutileza del movimiento libre de elecciones cerebrales, libre de la superficialidad del cuerpo.
UN CUERPO SENSIBLE PERO NO SENTIMENTAL.

Porque ¿qué es el yo? El yo cambia constantemente... mira qué rápido se ha modificado mi cuerpo físicamente en un mes. Y los cambios internos, el percibir mis adentros.
Cuándo soy plenamente consciente de mi cuerpo puedo notar el endometrio expulsando coágulos de sangre. Puedo escuchar el crugir de mis falanges. Puedo ver el flujo de movimiento de esa vena del brazo. Porque el movimiento es materia, es algo tangible, como dice Javier.
Hoy entendí que meditar es romper esa estructura. Es concebir mi ser, el espacio que lo rodea y el tiempo como un todo y dejar fluír. Encontrar una balanza. Es lo que me acaba de pasar de pensar lógicamente una acción, ordenársela al cuerpo y dejar que sea él el que actúe. Porque el movimiento también es pensamiento y el pensamiento es movimiento. ¿Qué es pensar? Todo está interconectado. Cuerpo y mente no existen por separado. Yo no existo ajena al espacio circundante. Contínuo movimiento de partículas. Un pensamiento es un sentimiento y un sentimiento es también un pensamiento. No se piensa sin sentir, no se siente sin pensar.

El concepto de exformación.

El movimiento es algo cultural, la salud es algo cultural, incluso el estar es algo cultural. Cómo los edificios, los elementos con los que operamos cada día, modifican el movimiento. Nada es libre.

Centrarse en la textura, en la sensación y no en la forma.Trust your body.

"Al Gore propone el nombre de exformación, y no información, a esta crisis generada por la inundación de datos, que sin embargo no están almacenados en el cerebro de ningún ser vivo. En efecto, el término in-formarse antepone el prefijo 'in' al núcleo 'formación'. Esto significa que incorporar información no es solamente acumular datos: implica a su vez un proceso por el cual el individuo se forma, es decir, se educa, se realiza como persona, se eleva como portador de cultura. Pero al reemplazar el prefijo 'in' por 'ex', Gore hace referencia a un proceso que nos des-informa, o aun que nos de-forma. No nos educa ni nos instala como seres portadores de cultura, simplemente porque el volumen de datos es tal que excede nuestra capacidad de procesarlos.
Estamos generando un extraño modo de conocimiento sin sujeto.
La aceleración está modificando profundamente nuestra manera de producir, de comunicarnos socialmente, de conocer y de pensar". - de El imperio sin centro: la dinámica del capitalismo global, María J. Regnasco

"¿Se puede recordar la danza? Sí se puede. Igual que se pueden recordar experiencias y vivencias intensas. Porque la danza, además de otras cosas, es también una experiencia y una vivencia intensa y extensa, que se expande. No solo bailan las bailarinas y los bailarines en el escenario, también baila, en otra medida, la espectadora y el espectador. ¿Se puede pensar la danza? Sí se puede. Igual que se piensa incluso el amor, igual que se piensa el sexo, igual que se piensa la muerte, aunque de ésta ningún ser vivo tenga experiencia directa." - Afonso Becerra

¿La experiencia de lo real es algo ficcional? Por supuesto - respondo - con la consciencia de que ese 'por supuesto' puede cambiar de un segundo a otro.
Las imágenes, lo vivido, los recuerdo... modifican nuestro movimiento. 
Patrones externos de comportamiento impuestos.

La identidad no es estática.

"Por todo esto es que construir espectáculos desde la emoción no asegura el encuentro con el espectador más allá de que este haga un ejercicio de empatía condescendiente o se identifique porque comparta procesos emocionales, culturales, etc, que recrean subjetividad. El arte está en otra parte, y desde la emotividad el coqueteo con el esperpento está asegurado. Los peores trabajos en artes escénicas se han construido desde la expresión emocional de sus autores y actuantes, obras referenciales a sí mismas y parciales en estructura por su carácter, que hablan a un número limitado de interlocutores, apologistas del yo. Con la coreografía de la emoción y su soledad no se hace nada, se necesita de un proyecto que vehicule y atraviese tal impulso y lo integre en una realidad más amplia y coherente de movimiento: un caos de información sensible en que se pone de manifiesto la potencia de las inteligencias múltiples conectadas, como en el vuelo de una bandada de pájaros o el trabajo de una colmena.

[El diccionario nos dice que la raíz de la palabra emoción es emovere, formada del verbo motere que significa mover y el prefijo “e” que implica alejarse]." - Javier Martín, verano 2014 _NO a las coreografías emocionales.

Danzar meditando, conectando con lo sensible, no con mi yo interior.
Locus de control de mierda.

Sentir las corrientes que provoca la presencia de un cuerpo en el espacio.
Escuchar mi cuerpo, oler una emoción.

El colmo de vivir conectados" virtualmente pero "desconectados" corporalmente.
La paradoja de estar (des)conectados. Alejarse de la consciencia del ser.
Todo lo que transmitimos con el simple estar...
Todo lo que comunicamos con el subconsciente... como dice Javier.